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El anillo, ilustración de innumerables símbolos

Una joya, una historia

Aunque hoy en día el anillo se lleva sobre todo por motivos estéticos, nació del deseo de mostrar el estatus social o el poder. En la antigua Grecia, por ejemplo, los anillos solían ser de plata o bronce, y más tarde se acompañaban de piedras. El número de anillos que se llevaba en los dedos determinaba el estatus social. Cuantos más anillos llevaba un hombre o una mujer, más propiedades tenía. En la antigua Roma, el material utilizado para representar el estatus social era el oro para los ricos y el hierro para los menos ricos. El oro representaba la libertad. Los anillos utilizados como sello se forjaban en plata, ámbar o marfil, acompañados de una piedra en la que se grababa un emblema.

Los diamantes, el mejor amigo de una mujer

¿Por qué llevar un anillo?

Tanto si el anillo es de oro amarillo, oro blanco, oro rosa, plata o cobre, es una forma imparable de que una mujer realce cualquier atuendo. En efecto, un simple conjunto de camiseta blanca, vaqueros azules adornado con uno o varios anillos, collares con colgantes transforman un conjunto supuestamente sencillo en un estilo casual chic o rockero en función de las joyas elegidas. Los anillos son también una forma de corregir ciertos complejos que pueden tener las mujeres. De hecho, los anillos con grandes volúmenes tenderán a dar la ilusión de dedos más pequeños y gruesos, mientras que los anillos finos de oro blanco o amarillo con una pequeña piedra preciosa darán la ilusión de dedos más finos y grandes. Es fácil esculpir la forma de los dedos.